martes, 9 de febrero de 2010

12 de mayo de 1859, La Caída de Copiapó: la figura de don José Sierra.

Nos hemos propuesto estudiar, analizar y relevar los 150 años de la revolución constituyente; rebelión de corte liberal y federalista, que genera un cambio profundo en la periodificación y en el devenir histórico chileno. Hecho aun no bien aquilatado por la historia chilena, que ve en otros hechos el cambio de la república conservadora de impronta brutalmente Portaliana, es decir autoritaria - mapochina, a una república algo mas liberal, donde se da una importante lucha por un estado mas moderno y de carácter mas participativo, si, nos parece importante mencionar que ya teníamos experiencias anteriores como el club de la reforma, la Sociedad de la Igualdad y la misma acción de los constituyentes atacameños, que eran organizaciones y acciones destinadas al cambio políticos y social en Chile.

La Revolución Constituyente de 1859 se visibiliza cuando conocemos sus actores, más allá de Pedro León Gallo, hablamos de personajes que cumplieron roles en esta trama, ese es el caso del joven líder Calderino José Sierra.

Es de todos conocido, el importante rol que cumplió el puerto de Caldera en la Revolución del 59, concretamente son Copiapó – Caldera, los núcleos que sostienen en cuanto al diseño, a lo militar, lo política e ideológico la Constituyente del 59. La revolución de 1859 hay que entenderlo como un levantamiento en armas, pero con un trasfondo ideológico, y por lo mismo no anárquico, profundamente republicano, y no separatista. Atacama se da su propia institucionalidad, Pedro León Gallo es proclamado intendente, se forma un ejército, los Zuavos de Atacama, los cazadores de África, una moneda; el peso constituyente, un himno, el constituyente y un territorio en rebelión que abarcaba desde Copiapó a Illapel.

La primera batalla es Los Loros el 14 de marzo de 1859 en las cercanías de la ciudad de L a Serena, con triunfo para los revolucionarios, luego vendrá la batalla de Cerro grande el 29 de abril, donde las tropas atacameñas son derrotadas, Pedro León Gallo, que en palabras del historiador Oriel Álvarez es traicionado, de allí que sea vencido en esta batalla, por lo mismo debe huir a San Juan, Argentina. Hoy día podemos pensar que también León Gallo pudo haber huido más al norte de Argentina y desde allí salir al destierro.

Pero, esto o no sumerge a Copiapó y Caldera en crisis ni anarquía, si bien es cierto la plutocracia copiapina esta algo nerviosa, las noveles instituciones atacameñas siguen funcionado. Pero, finalmente el gobierno es entregado al Juez Dolores Passi, con ello se suponía se restablecía en Copiapó un gobierno cercano a Montt, solo Caldera se mantenía constituyente, siendo gobernada por Anselmo Carabante. Quien finalmente entrega el mando al enviado de Juez Dolores Passi. Mientras tanto caía el puerto de Huasco en manos de los gobiernistas y quedaba en manos del teniente Coronel José Villagrán, de allí avanzarían a Vallenar y posteriormente a Copiapó, donde se suponía la situación estaba controlada.

Es en este momento cuando José Sierra, con gran claridad política y determinación subleva al puerto de Caldera, ahora ya en su calidad de teniente y toma la capitanía de puerto. Caldera volvía a manos de los revolucionarios, era el momento de trasladarse a Copiapó y retomar por la armas el gobierno revolucionario. La acción de Sierra, coincidía con la vuelta de los cazadores de África, ultima división revolucionaria, que al llegar a Copiapó sin renunciar a su ideario buscan una salida pacifica y de diálogo con las nuevas autoridades, más moderadas, pero la frustración de muchos copiapinos es evidente y comienza una suerte de profundización de las posiciones y de rencillas entre los copiapinos.

El 8 de mayo desembarcan en Caldera las tropas de José Villagrán, en ese momento José Sierra decide trasladarse a Copiapó y desde allí resistir. La llegada del Calderino a Copiapó enciende aun más los ánimos de los descontentos con la moderación de la plutocracia copiapina. Había llegado la hora de asumir el gobierno revolucionario constituyente y José Sierra, con el objetivo de organizar la resistencia se hace nombrar Intendente, el ultimo de la revolución del 59.

El 12 de mayo, las tropas de gobierno llegan a Copiapó, y con José Sierra, ahora al mando de la revolución se atrincheran en la plaza de armas. El joven historiador Joaquín Fernández, historiador, que vive en la macrocefálica capital mapochina, pero afortunadamente aun tiene alma de provinciano, lo que lo hace comprender mejor la historia, nos cuenta así el desenlace de la batalla: “Cercados y progresivamente estrangulados un puñado de revolucionarios, en su gran mayoría soldado improvisados sacaban fuerzas de flaquezas para resistir una fuerza cuatro veces mayor”.

Finalmente los revolucionarios son derrotados en la plaza de armas, sin balas y casi sin hombres, José Sierra deja de combatir y se retira, sin ser detenidos por las tropas de gobierno, ya que al parecer el biotipo de Don José Sierra, no era lo que los mapochinos buscaban, es así cono el héroe de la resistencia Copiapina se pierde en la bruma siempre espesa de la historia, y también en la frágil memoria histórica regional.

La opiniones sobre el papel de José Sierra por parte de la historia tradicional han sido favorables a su enorme actuación en la defensa de Copiapó, Diego Barros Arana y José Victorino Lastarria, dijeron de él:”… Aquel intendente rudo pero noble, podía dar lecciones de hidalguía a los intendentes, a los coroneles y hasta los ministros de Montt…”.

Fue José Sierra el último defensor por las armas de los alcances e ideales de la revolución atacameña, el y un grupo de obreros artesanos y pescadores, copiapinos y calderinos, los que sostienen en su ultimo momento el ideal federalista y libertario de la revolución constituyente de 1859, la revolución de plata que pretendió la creación de un Chile mas justo, participativo y democrático, pero que fue ahogada por el sempiterno, pernicioso y sobre todo ineficaz centralismo mapochino.


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