martes, 9 de febrero de 2010

El Sistema Político chileno 1830-1860


"....Bajo el peso de la noche"


Para un análisis del sistema político chileno durante el gobierno de Montt, creemos necesario antes que nada, buscar una definición para “sistema político”, y establecer que “el objetivo del análisis sistémico no es la totalidad sino la generalidad de un fenómeno”[1].

Podríamos definir entonces al Sistema Político como el “conjunto de instituciones, de grupos y de procesos políticos, caracterizado por un cierto grado de interdependencia reciproca”[2], o si se prefiere, como “un conjunto de procesos (y sub procesos), todos analíticamente descomponibles o ínter actuantes entre si”[3].

En efecto, un sistema político es un organismo vivo que posee dinámica, movimiento y elementos propios, que podríamos identificar para el caso chileno durante el gobierno de Manuel Montt con Espacio, Gente o “magma social”, Instituciones y Cultura Política.

El “Espacio” seria el medio geográfico, el territorio “esto porque su geografía y clima altamente diferenciados han influido notablemente en instituciones y formas de gobierno"[4]. Por eso se ha señalado que el proyecto de Portales, se vio favorecido por una serie de factores socio-geográficos pues “Chile entre todas las ex colonias españolas, será la única que presenta la más compacta unidad social y geográfica. Su territorio reducido a lo que hoy es Chile central, era relativamente pequeño, la mayoría de sus habitantes vivía en el área que comprendida entre La Serena y el Bio-Bío. Dicha población era racialmente homogénea, ya que la mayoría de los indios del sur había sido desplazados hacia el sur del rió Bio-Bío, y los restantes se habían mezclado con los blancos, además Chile contaba con una cabeza política y social, la ciudad de Santiago, que sobresalía entre las demás ciudades por su influencia y riqueza.”[5].

El poder de Santiago se vera en serio peligro por el desarrollo económico que comenzaban a experimentar las provincias del norte y sur de Chile. El Estado chileno se alineara en torno al oligarquismo conservador, acentuando las disputas entre capital y provincia. “La contradicción Capital-Provincia (...) es el reflejo de la lucha de un sector de la burguesía de provincias, como la minera del norte chico y la triguera y molinera del sur, de una capa burguesa consiente de que mas de las tres cuartas partes de las entradas provenientes de la exportación, se debían a los productos elaborados en las provincias. De un sector burgués, que protestaba contra la capital Santiago, que prefería representar mas los intereses de la burguesía comercial y de los terratenientes de la zona central, que los de la nación, porque se quedaba con la mayoría de los ingresos fiscales, realizaba obras publicas e inversiones que favorecían fundamentalmente a los comerciantes y latifundistas santiaguinos y no repartía a las provincias las rentas aduaneras y estatales en forma proporcional a las riquezas que entregaba las diferentes regiones del país”[6].

“La Gente o magma social” lo comprenden por un lado; los actores formales del sistema Portaliano, las elites, y por otro lado los actores informales del sistema, el “pueblo minero”[7].

Los primeros gozan del poder político, social y económico. Sus miembros forman las elites conservadora y liberal. “Los conservadores tendían a pertenecer de lugares que eran centros sociales favorecidos, digamos que centros administrativos coloniales, de los cuales habían obtenido tradicionalmente ventajas políticas y económicas. Los liberales tendían a localizarse en la periferia social, a menudo ciudades provinciales, con menor acceso al centro de poder económico y político. La localización geográfica influía en las tendencias políticas. Los conservadores, fueran civiles o militares, procedían del corazón del país y se inclinaban por la asunción de pautas centralistas y de apoyo a la iglesia. Los liberales vinculados a las provincias no privilegiadas, apoyaban a menudo el federalismo, la igualdad legal y la destrucción de los privilegios militares y eclesiásticos”[8]. La elite liberal no poseía poder político alguno, por la nula circulación de las elites que el sistema Portaliano generaba. Y será esta nula circulación de la elite liberal, la que genere los “factores perturbadores” del sistema político Portaliano, desencadenado finalmente la revolución Constituyente de 1859.




[1] Norberto Bobbio, Incola Matteucci y otros. Ibid. Pág.1464.

[2] Norberto Bobbio, Incola Matteucci y otros. Ibid. Pág. 1464.

[3] Norberto Bobbio, Incola Matteucci y otros. Ibid. Pág. 1466.

[4] Federico G. Gil, El Sistema Político chileno, Editorial Andrés Bello, Santiago de Chile 1969. Pág. 19

[5] Federico G. Gil, Op. Cit. Pág. 53.

[6] Luis Vitale Interpretación Marxista de la Historia de Chile. Tomo III Edición Prensa Latinoamericana S.A. Santiago de Chile 1973. Pág. 249 .

[7] Hemos decidido emplear este concepto, por considerarlo más apropiado y específico al estudio realizado. Pero estamos claros que los actores informales también lo componían los inquilinos y peones del centro y sur de Chile. Estos unidos al “pueblo minero” formarán en su conjunto, el llamado “bajo pueblo”.

[8]Manuel Lucena Salmoral. Op.cit. Pág. 160.



Descargar el artículo completo



No hay comentarios:

Publicar un comentario